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Realismo contemporáneo. El artista figurativo chileno Francisco Badilla llamó la atención en las redes sociales con su cuadro "El coleccionista de colores". Hoy Badilla vive y trabaja en Oporto, Portugal.

Realismo contemporáneo: Sobre la creatividad, la felicidad y la quietud.

Por Francisco Badilla

Cuando comienzo mi proceso creativo de pintar arte de realismo contemporáneo, es tomando fotografías o trabajando en medios digitales. Me pregunto qué imágenes son las que me gustaría ver y cuáles necesito ver. De este modo, surge la necesidad de ver representados personajes que casi siempre son mujeres y niños, en busca de la paz interior y la tranquilidad. También me gusta ahondar en la psicología de los personajes; los veo con cierta vulnerabilidad al tratar de encontrar algo que llene sus vidas.

Cuando me enfrento a un proceso creativo, pienso en captar imágenes que me produzcan primero una sensación de paz y de encuentro con algo que está más allá de nuestra realidad material inmediata, para ello, además de los personajes descritos anteriormente, suelo utilizar como símbolos, por ejemplo, las ventanas, que pueden verse como una especie de portal, abierto a esa realidad desconocida, en busca de sensaciones de plenitud y tranquilidad.

Desgraciadamente, hemos tenido que vivir confinados en nuestras casas a causa de la pandemia; especialmente Europa ha vivido una situación muy difícil, por lo que las ventanas han sido un elemento especial que nos ha acercado al mundo exterior, han sido nuestros "ojos" durante este confinamiento.

El coleccionista de colores, una obra de arte del realismo contemporáneo

Comencé a pintar "El coleccionista de colores" en Chile en 2016, y luego lo modifiqué mientras estudiaba un Máster en Bellas Artes en Oporto, Portugal, en 2019. Mudarme de Chile a Portugal fue para mí, una experiencia de aprendizaje. Al igual que la chica del cuadro, la pintura fue para mí un refugio, un lugar donde estaba conmigo misma, lejos de mi país.

El tema de este cuadro simboliza la relación de creatividad y felicidad en la que el niño descubre el poder del color y la imaginación. Se encuentra en un estudio de pintura profesional, en el que el gris representa la atmósfera del espacio, en contraste con la alegría de los colores del niño.

Me gusta experimentar estos contrastes, y creo que la imagen de la niña jugando con los colores es un acto de gran libertad, al que a menudo los adultos no nos permiten acceder. En este sentido, el cuadro nos invita a explorar un mundo desde la mirada desprejuiciada de un niño, con la libertad y la energía de quien no tiene pensamientos maliciosos.

Pintando la paz interior

Siempre me ha motivado la idea de expresar ideas de paz interior a través de la pintura, y por eso he desarrollado en mi arte una atmósfera de tranquilidad y quietud.

Los personajes habitan espacios llenos de luz, como si estuvieran en un momento de paz. Siento que la tranquilidad es necesaria hoy en día, ya que la experiencia del encuentro con el mundo inmaterial, la velocidad en la que vivimos hoy, nos quita a menudo la posibilidad de tener experiencias de tranquilidad y reflexión que son muy necesarias.

Aspectos formales de mi realismo contemporáneo

Desde el punto de vista formal, siempre me han gustado los cuadros de John Singer Sargent, Joaquín Sorolla y Anders Zorn. Aprecio sus pinceladas sueltas, su uso del color y la libertad para crear bordes ágiles.

También hay ciertas reminiscencias en mis temas, a los pintores prerrafaelistas, en esa relación a veces bucólica entre los personajes y la naturaleza. Aprecio la pintura de John William Waterhouse, un importante pintor de este grupo, y siento que hay mucho de ella en estas dos obras, tanto en "Más allá de las certezas" como en "Los caminos olvidados".

Estas dos obras participan actualmente en dos bienales aquí en Portugal, la primera en la 4ª Bienal Internacional de Arte de Gaia, y la segunda en la Bienal de Espinho.

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Autor: Por un colaborador invitado.

Fecha:Mayo, 2021

Web:realismtoday.com